Velando por mi salud psicológica
La importancia de cuidarse a nivel emocional
Cuidarse a nivel psicológico repercute en todas las áreas de nuestra vida, como son la esfera social, la de pareja, la familiar, la laboral e incluso a nivel corporal y a veces, es necesaria la ayuda de un psicólogo para ayudarnos a recobrar este equilibrio.
La salud psicológica es un concepto amplio que abarca varias áreas. En general, diferentes definiciones definen el concepto de “buena salud psicológica”, como un estado de felicidad y satisfacción en el medio en el que vivimos a través de relaciones interpersonales plenas, una buena salud física, unas adecuadas condiciones de vivienda e ingresos, etc. No se puede determinar cuando esto se adquiere o de qué manera ha de hacerse ya que, está influido por la cultura de cada sociedad y por las necesidades de cada persona.
Para preservar nuestra salud psicológica es importante:
- Compartir los problemas: con la gente de nuestro entorno y expresar nuestros sentimientos. Esto implica aceptar y manejar las “emociones positivas y las negativas”, pedir ayuda, apoyar a otros, etc.
- Adquirir un control emocional: saber manejar nuestras emociones, entre ellas desarrollar tolerancia a la frustración.
- Un trabajo extra supone el saber decir que no sin sentirse culpable. Es decir, saber poner límites y cuidar de los espacios propios. Está bien ayudar a otros, pero no a expensas de uno mismo.
- Reconocer y aprender de los errores.
- Valorar los logros conseguidos: con ello se consigue adquirir nuevos recursos para afrontar dificultades futuras.
- Aprender a poner límites: lo que implica guardar un espacio para nosotros sin sentirnos culpables y saber decir que no.
Así mismo, es importante cuidar nuestra salud física pues repercute en nuestra salud psicológica, y viceversa. Esto puede incluir, cuidar nuestra alimentación, realizar algo de ejercicio y tomarse momentos de descanso.
¿Necesito la ayuda de un psicólogo?
La decisión de acudir a un psicólogo siempre es una decisión personal ya que, acudir de forma obligada, en la mayoría de los casos, no sirve.
Hoy en día se han dejado atrás los estigmas de acudir a un psicólogo y la gente que lo hace no es tachada ni señalada como “loco” o como una persona con graves problemas.
Es importante recordar que no pasa nada por pedir ayuda.
Puede ser un buen momento ante problemas como ansiedad, depresión, trastornos de corte psicótico, cambios muy bruscos de humor o sensación de dificultad en el control de impulsos, como la agresividad o problemas de juego.
Sería importante hacerlo cuando no se ha conseguido solucionar el problema por uno mismo o cuando, a pesar de tener la ayuda del entorno, la situación no ha mejorado. Sin embargo, también se puede pedir ayuda ante otros problemas como momentos de crisis personal como los conflictos de pareja o de familia. También, ante la dificultad de aceptación y manejo de alguna enfermedad física o ante un proceso de duelo que no se consigue dejar atrás.
Así mismo, en momentos que uno se encuentre bloqueado, perdido o con necesidad de un espacio para pensar y reflexionar sobre su vida.
Por ello, no es necesario esperar a una grave crisis, basta con experimentar malestar o dificultad para manejar una determinada situación o un deseo de conocerse mejor a uno mismo y potenciar sus recursos.
Si desea saber más sobre cuándo acudir a un psicólogo, la duración del tratamiento, etc., puede consultar el siguiente enlace: