Tipos de Terapia Psicológica
Dentro la Psicología Clínica hay muchos tipos de terapias. Cada una responde a un tipo de orientación o escuela sobre la que sustenta sus postulados y determina la manera en que se realizará la intervención.
Cada escuela realiza el abordaje de la patología del paciente usando las técnicas que corresponden a la orientación en la que se ha formado.
Algunos de los tipos de terapia psicológica son:
- Terapia Psicoanalítica: Basada en la obra de S. Freud. Su método se basa en la asociación libre para conocer los conflictos inconscientes. Tiene muy en cuenta las experiencias tempranas en el desarrollo de los conflictos.
- Terapia Psicodinámica: surge de los postulados de la obra de Freud pero no es tan clásica como el Psicoanálisis tradicional incorporando aportaciones de otras corrientes.
Ambas se enfocan en una terapia más relacionada con la reflexión del paciente sobre sus sentimientos y comportamientos, y no tanto en pautas directivas sobre lo que tiene que hacer.
- Terapia Sistémica: entiende el síntoma del paciente como reflejo de alguna disfunción familiar. Trabaja mediante sesiones de familia, sesiones con padres o sesiones con hermanos por separado para intentar modificar la pauta disfuncional del comportamiento de cada miembro y su influencia en las relaciones familiares.
- Terapia Conductual: se centra en los procesos y conductas observables. Enfocan la terapia al control de los procesos psicológicos, mediante técnicas de exposición a situaciones temidas, al aprendizaje por modelado o el refuerzo-castigo, entre otras, con el objetivo de modificar pautas de conducta aprendidas y que son disfuncionales.
- Terapia Cognitiva: se centra más en la conducta problema o disfuncional y que piensa, hace y siente el paciente con respecto a ello. Se centra en cómo los procesos cognitivos, especialmente actuales, influyen en la conducta y emoción de las personas.
- Terapia Humanista: abarca una gran variedad de terapias como la Gestalt, el Psicodrama, el Análisis Transaccional, entre otras.
Se dirigen a encontrar el conflicto interno que está en el origen del problema. Ponen más énfasis en el presente pero sin perder de vista el pasado.
Parten de la idea de que la responsabilidad del cambio es del paciente.
En los últimos tiempos hemos asistido al surgimiento de nuevas terapias, algunas de ellas son:
– Mindfulness: “Atención plena”, a todos nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales, y al ambiente presentes en cada momento. Se basa en postulados budistas y teorías de la aceptación y el compromiso.
– Arteterapia, Musicoterapia, Risoterapia: este tipo de disciplinas están orientadas a mejorar el estado de ánimo y potenciar la expresión de emociones positivas, a través del arte (por ejemplo, pintar), la música y la risa. Entienden que hay una relación directa entre éstas y las emociones.
Es importante estar atento a profesionales no cualificados que pueden aprovecharse del momento de dificultad de las personas. El profesional al que recurran debe estar formado y tener títulos que lo avalen. Actualmente es un requisito estar colegiado en un Colegio Oficial de Psicólogos para poder ejercer terapia.
¿Quiénes necesitan una psicoterapia?
Hay personas que acuden a terapia tras algún detonante, como una separación que no conseguimos superar, pérdida de una persona significativa o tras un largo periodo de un estado de ánimo que no sabemos manejar. Otras personas acuden por otro tipo de situaciones como problemas familiares o de pareja, si nuestro hijo tiene algún problema de aprendizaje o de comportamiento, o por algún problema laboral. También, acuden aquellos que atraviesan un momento de dificultad y sienten que no lo saben manejar solos, aquellos que quieren conocerse mejor a sí mismos y que quieran ser más conscientes de sus procesos y de sus necesidades.
Hay algunas personas que asocian el acudir a un psicoterapeuta como un signo de locura o de debilidad cuando en realidad es todo lo contrario. Se requiere una gran valentía y esfuerzo. No es fácil “abrirse” ante un desconocido, ni reconocer que precisamos ayuda, como tampoco lo es pararse a reflexionar sobre nuestra manera de actuar y las consecuencias que eso produce en nosotros mismos y en los demás.