Problemas de pareja en vacaciones
Las vacaciones suelen ser un periodo esperado con gran ilusión debido a las obligaciones en las que se está inmerso el resto del año como el trabajo, las tareas domésticas, compromisos familiares y sociales, etc.
Todas estas responsabilidades también originan que la pareja pase mucho menos tiempo junta por lo que este periodo puede aprovecharse para hacerlo y aumentar la comunicación y cercanía.
La existencia de conflictos y crisis son completamente normales en cualquier pareja. Es normal que surjan discusiones ya que la pareja pasa 24 horas al día juntos, a lo cual, no se está acostumbrado durante el resto del año. También, hay que tener en cuenta que se produce un cambio de contexto y rutina en lo referente a horarios de comidas, hábitos de sueño, actividades a realizar, etc. y puede no resultar sencillo adaptarse por lo que hay que darse tiempo para poder desconectar.
Es importante ser conscientes de que unas vacaciones no van a hacer que los problemas desaparezcan o se arreglen solos. En algunos casos se intenta hacer como un paréntesis, ignorar lo que sucede y achacarlo a la carga de trabajo, problemas personales, estrés, etc., es decir, pensar que en vacaciones se tendrá más tiempo, se estará más relajado y todo irá bien. Esto no suele funcionar ya que, si la pareja no aborda estas dificultades a la vuelta del verano seguirán estando ahí. De hecho según los estudios, a la vuelta de las vacaciones de verano es una de las épocas del año donde más rupturas de pareja se producen.
Evidentemente los problemas que hacen que una pareja se plantee una separación no surgen en verano, simplemente se hacen reales porque se dispone de más tiempo para estar con la pareja, lo cual se ha “evitado” durante el año.
¿Cómo abordar los problemas de pareja en vacaciones?
Existen algunas recomendaciones que pueden ayudarnos a disfrutar de este periodo con menor tensión.
Lo primero ser realista y no idealizar lo que sucederá. Es necesario ser conscientes de cómo está la relación y uno mismo por lo que no es conveniente forzarnos a una determinada actitud o disimular enfados.
También, es importante planear las vacaciones de manera conjunta. Es decir, tener en cuenta las opiniones y preferencias de cada uno. Además, es conveniente distribuir la organización del viaje entre los dos, para que no sea uno solo el que se encargue de todo y acabe sobrecargado antes de comenzar.
Para todo ello la comunicación es imprescindible, hay que hablar con la pareja sobre que apetece hacer, donde o con quien ir de vacaciones, etc. También saber ceder y ser flexible para llegar a un acuerdo con el que ambos estén satisfechos.