La infidelidad en la pareja
Descubrir una infidelidad es un momento muy duro en toda pareja, en el que se experimentan emociones como tristeza, dolor, rabia, ansiedad. Se generan sentimientos de desconfianza, entre otros, ya que la intimidad queda rota.
Además de estos sentimientos, se generan rumiaciones constantes alrededor de esa idea que pueden impedir conciliar el sueño o concentrarse en el trabajo.
Se pueden mostrar conductas de hipervigilancia al infiel, deseos de saber todos los detalles de lo ocurrido, accesos de rabia y llanto, etc.
Las infidelidades pueden ocurrir en distintos momentos de la historia de la pareja, como puede ser ante el nacimiento de los hijos, la pérdida de uno de los progenitores o al enfrentarse al nido vacío. También, suceden cuando en la pareja no se siente intimidad ni emocional ni sexual.
Otras de las razones alegadas es la vivencia de una relación vacía con altos niveles de enfado, expresado o no, debido a una falta de una respuesta del cónyuge ante las demandas emocionales y/o sexuales.
En cualquiera de los casos, una relación extramatrimonial responde a un problema emocional en la pareja y es indicativo de que algo va mal en la relación. Es una manera no adecuada y problemática, de intentar satisfacer o suplir una necesidad.
Algunas de las dificultades detectadas en las parejas en las que ha habido infidelidad son: problemas de comunicación, distanciamiento afectivo y sexual, no compartir momentos de pareja, etc.
¿Cómo hacer frente a una infidelidad?
Es necesario hablar y decidir juntos si se apuesta por trabajar en la recuperación de la pareja, al menos si existe la intención para ello. A lo largo del proceso se verá si alguna de las partes, o los dos, son capaces o no de hacerlo.
Este proceso no es fácil, resulta doloroso y a veces es necesaria la ayuda terapéutica.
El terapeuta acompañará a la pareja, para que reflexionen sobre lo sucedido. Por ello, un primer paso es tener en cuenta que no se podrá “borrar” lo sucedido, pero sí trabajar en que no sea algo presente en el día a día de la pareja.
En las sesiones se suele llevar a cabo un análisis de la relación de pareja para intentar ver porque ha habido cabida para un tercero. Esto implica el ayudar a ser conscientes de las dificultades previas ya existentes antes de la infidelidad.
Según se avanza será necesario trabajar en habilidades de comunicación para facilitar la expresión de necesidades y la gestión de los conflictos. A través de ello se llega a un cambio en las pautas de interacción, además de fomentar los espacios de pareja muchas veces relegados por la paternidad o el trabajo.
Estos pasos son necesarios para dar paso a la nueva relación que se establecerá a partir de ahora. Algo que ha de quedar claro es que no se puede volver a momentos anteriores de la relación pero si trabajar para que los nuevos sean satisfactorios y ambos miembros se sientan atendidos.
En alguna ocasión, la terapia no ayuda a la pareja y deciden separarse. De este modo, la tarea del terapeuta será acompañar a la pareja en el proceso de la ruptura para disminuir, en lo posible, los efectos negativos de la misma como ayudar a cerrar la relación de la manera más sana posible y/o la comunicación de la decisión a los hijos y familia.