¿Cómo establecer reglas en casa?
Poner reglas claras a niños y jóvenes
Las reglas son importantes para el desarrollo del niño ya que contribuyen a su desarrollo personal y social. Sirven no son solo para castigar ya que ayudan al niño a entender como comportarse, a trasmitirle costumbres familiares, fomentar el autocontrol y contribuyen a su sentimiento de seguridad. También para que aprendan a aceptar un “no”, es decir, tolerancia a la frustración y asimilen que no siempre podrán hacer lo que quieran en cualquier momento.
Es importante hacerlo desde que son muy pequeños, comenzando por instaurar rutinas de baño, aseo, horas de sueño, etc. Las rutinas contribuyen a generar sensación de estabilidad.
Los límites que se ponen han de ser flexibles, es decir, han de irse modificando y adaptándose, según el niño crece y cambian sus necesidades y capacidades. También es importante flexibilizar las normas en momentos especiales, como un cumpleaños u otro acontecimiento especial. Por ello, las reglas han de mantenerse pero también dejar espacio para que explore el mundo y vaya tomando sus propias decisiones.
Los hijos deben conocer cuáles son las normas y reglas avisando de lo que pueden y no deben hacer, por lo que es importante que vayan seguidas de unas consecuencias tanto de su incumplimiento como de su cumplimiento. Es decir, también es importante premiar a nuestros hijos cuando hacen lo acordado. Si no se cumple la norma, debemos explicar que ha hecho mal y expresar cual es la conducta que le pedimos que haga.
Consejos para aplicar las reglas
- Deben ser concisas y claras.
- Dar explicaciones de la razón de la regla acordes a cada edad.
- Tienen que ser consistentes: no castigar unas veces sí y otras no.
- Han de limitarse a conductas concretas: “pórtate bien” es ambiguo porque el niño no sabe a qué se refiere, es mejor “No se tira la comida al suelo”.
- Ser constantes: no se cumplen de un día para otro, dar tiempo para su asimilación y aprendizaje.
- Las consecuencias han de ser proporcionales e inmediatas a la situación.
- Tienen que estar consensuadas y mantenidas por ambos padres: no hacer un progenitor de “bueno/blando” y el otro “rígido/malo”
- No aplicar castigos físicos ni descalificación personal: esto puede contribuir a problemas en el desarrollo de su autoestima.
El que haya límites y normas en casa no debe confundirse con un estilo autoritario de educación ya que eso solo conseguirá alejar a los hijos o hacer que tengan miedo a los padres. Se trata de conjugar el afecto y el apoyo, con el control.
Los padres no deben olvidar que son los adultos de la situación y no ponerse al nivel de su hijo, que es un niño. Hay que intentar conservar la calma y no dejarse llevar por la tensión del momento.
Lógicamente hay reglas que son para los hijos y no para los padres, por ejemplo la hora de ir a dormir, pero es importante que los padres no olviden que son un modelo constante para sus hijos, y aquello que vean en casa es lo que aprenderán.