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Crisis de angustia: Síntomas

Alteraciones físicas, psicológicas y cognitivas

La crisis de angustia o ataque de pánico, es un episodio breve e intenso que va acompañado de diferentes síntomas somáticos y psicológicos.

Ataque de pánico o crisis de ansiedad

Los manuales de psiquiatría y psicología clasifican la crisis de angustia dentro de los Trastornos de Ansiedad.

En general, la ansiedad se asocia a la hiperactividad del sistema nervioso autónomo y somático.

La crisis de angustia o ataque de pánico se define como un episodio de intenso miedo o malestar que aparece bruscamente y que alcanza su máxima expresión en los primeros diez minutos.

Para su diagnóstico se requiere que este episodio vaya acompañado de cuatro o más de los siguientes síntomas:

  • Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas.
  • Sensación de ahogo o falta de aliento.
  • Sensación de atragantarse.
  • Sensación de opresión o malestar torácico.
  • Náuseas o molestias abdominales.
  • Inestabilidad, mareo o desmayo.
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
  • Escalofríos o sofocaciones.

Durante las crisis se producen fuertes reacciones del sistema nervioso simpático, lo que se refleja en los síntomas anteriormente mencionados. Por ello, se produce un aumento de la actividad cardiaca, muscular, respiratoria, electrodermal y eléctrica cerebral. Además, se produce un aumento de la secreción del sistema neuroendocrino.

Los manuales actuales afirman que las crisis pueden ser de dos tipos: inesperadas (el sujeto no asocia el inicio con un desencadenante interno o externo) o esperadas.

En algunos casos estas crisis pueden ir acompañadas de Agorafobia, que se refiere a la aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso) o donde, en el caso de aparecer una crisis de angustia, no dispondría de ayuda. En este caso, se realizaría el diagnóstico de Trastorno de Angustia con Agorafobia.

Si solo existen las crisis se realizaría el diagnóstico de Trastorno de Angustia y para ello se requiere la presencia de crisis de angustia inesperadas y recurrentes, y que al menos una de las crisis vaya seguida durante un mes o unido a la siguiente sintomatología:

  • Inquietud persistente ante la posibilidad de tener más crisis.
  • Preocupación por las implicaciones de la crisis o sus consecuencias como por ejemplo, perder el control, sufrir un infarto de miocardio, «volverse loco».

¿Cuándo tengo que ir al médico?

Si las crisis son repetitivas, incapacitan o interfieren en el desarrollo de las relaciones y actividades diarias es importante visitar a un experto. Sin embargo, hay que destacar que si se acude ante los primeros episodios el tratamiento puede ser más fácil ya que, el problema estará menos cronificado.

Los profesionales que suelen atender el caso, al aparecer las primeras crisis, son los médicos de asistencia primaria quienes normalmente recetan fármacos dirigidos a controlar los síntomas físicos de la ansiedad.

En definitiva, como en la mayoría de los trastornos somáticos existe un componente psicológico implicado en el origen, desarrollo y mantenimiento de los síntomas. Por ello, aunque la medicación puede servir de ayuda, es conveniente acudir a un psicólogo.  En la consulta de psicología Proceso y Cambio podemos ayudarle a conocer el origen de estos síntomas y así poder superar el problema. Puede ampliar más información en el siguiente enlace:

¿Qué es la ansiedad?

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