Cómo poner límites a la pareja
La relación de pareja nos tiene que aportar bienestar y felicidad aceptando que habrá conflictos que iremos resolviendo.
Poner límites significa saber dónde empieza uno y termina el otro. Es saber mantener un espacio compartido y uno independiente, sin que se viva como un abandono o una traición. Es saber a qué estamos dispuestos renunciar y qué no vamos a tolerar. Es importante establecer límites desde el inicio de la relación ya que luego es más complicado. Los límites o acuerdos a los que lleguemos no son algo rígido que se mantenga igual en toda la relación, van cambiando y se van negociando según cambia la relación y nuestras necesidades.
No es sano fusionarse con la pareja, es decir, hacerlo todo juntos. Al igual que no lo es no compartir nada con ella. Una pareja sana mantiene un ocio de pareja, un ocio conjunto con más gente y un ocio independiente. Es muy importante reservar un área personal e individual. Ello no significa que el otro no la pueda conocer sino que es algo de cada uno, un espacio que no compartimos con el otro.
Sea quien sea quien nos acompañe en el camino, no podemos perdernos a nosotros mismos en ningún momento porque nuestro interior, nuestros sueños, deseos, profesión, es lo que seguro nos acompañará toda la vida.
El miedo a poner límites está muy relacionado con no saber decir que no o con miedo a perder a la pareja. Decir “no quiero”, “no me apetece”, “no me gusta”, “no estoy de acuerdo”, etc. es completamente lícito y no supone perder a la pareja. Una relación no será satisfactoria para ambos si hay uno que renuncia siempre a lo que quiere.
Miedo a la pareja, ¿qué hacer?
En la pareja es normal discutir o no estar de acuerdo en algo, pero no es normal tener miedo.
Cuando se tiene miedo a la pareja, significa que ya ha habido sucesos previos en la relación que nos han llevado a ese punto. Ya ha habido “avisos” que no hemos visto. Algunos de estos “alarmas” o sensaciones vividas pueden ser:
- Dedicar mucho tiempo a tener en cuenta si nuestras acciones le pueden enfadar.
- Tener cuidado en cómo decir las cosas por miedo a que se enfade.
- Preocupación por cómo será su reacción si se llega tarde, no se coge el móvil, etc.
- La pareja pierde los nervios fácilmente.
- Sensación de no tener libertad por quedar con gente por miedo a su reacción.
- No opina, te dice lo que tienes que hacer.
- Se enfada si no haces lo que él/ella quiere.
Estas señales pueden indicarte que estás viviendo una relación de pareja toxica y hay que tomar medidas inmediatas. Algunas de ellas pueden ser hablar con el otro u otra, comunicar como nos sentimos, hacerle ver que su comportamiento nos hace daño.
Otra opción es acudir a terapia de pareja, en la que un profesional nos ayude a mantener una relación satisfactoria para ambos.
Si tras esto, la relación no mejora, nos tendríamos que plantear una separación de la pareja para obtener un estilo de vida más acercado a nuestros deseos.